La depresión ocupa el primer lugar en la lista de enfermedades

La depresión ocupa el primer lugar en la lista de enfermedades

7 DE ABRIL: DÍA MUNDIAL DE LA SALUD

En el marco del Día Mundial de la Salud, el psiquiatra y psicoanalista Jorge Bulacio brindó un reportaje en el Diario Clarín que se refirió a la depresión, la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Artículo publicado en Diario Clarín

La depresión encabeza la lista de las causas de enfermedad, con un incremento notable entre el 2005 y el 2015 del 18% según la OMS. ¿Cuáles considera que pueden ser los motivos de ese incremento?
La Campaña de la OMS se llama “Hablemos de depresión”. Si bien en lo manifiesto se refiere a hablar sobre la depresión para desmitificarla, creo que justamente una de las causas fundamentales de que la depresión vaya en aumento es la falta de comunicación, la falta de diálogo. El ritmo de la vida moderna y la comunicación electrónica que usamos de manera constante, ocasionan que la gente ya no hable. Los padres no hablan con sus hijos, los amigos no hablan entre sí y cada vez más se va viviendo en un mundo paradojalmente más incomunicado.

¿Influye también el contexto social, económico y político?

Sin duda, el factor social es altamente condicionante del sujeto. Ante una problemática tenemos que pensar en el individuo como factor predisponente y en el factor social, existe toda una serie de fenómenos que tienen que ver con la evolución de la problemática en un sujeto. La predisposición no es sólo genética hereditaria sino que tiene que estar en una circunstancia y en un ambiente que lo favorezcan.

¿De qué hablamos cuando pronunciamos la palabra depresión? Ya que es un término muy en boga.

Depresión es un complejo amplio de factores. La depresión puede ser una enfermedad en sí misma o puede ser síntoma de otras enfermedades. Tenemos que pensar en la depresión primaria, que es la puramente causada por fenómenos psicológicos o neurobiológicos, y la que es secundaria a otras enfermedades que pueden causar depresión. Por ejemplo el hipotiroidismo, las enfermedades autoinmunes o el cáncer. Hay muchas enfermedades somáticas que cursan como síntoma de inicio una depresión. Pero la depresión propiamente dicha, también la que aparece como secundaria, tiene como síntoma principal tres elementos, lo que llamo la “Regla de las tres A”: apatía, abulia y adinamia. Esto es indiferencia, falta de voluntad y falta de actividad o actitud. Se puede agregar anorexia o puede haber un aumento de peso. También se agregan sentimientos de culpa, de muerte o de suicidio En la actualidad ya no hablamos ni de psicología, ni de psiquiatría, ni de neurología, ni de biología, sino que estamos inscriptos en una corriente que es la psiconeuroinmunoendocrinología, esto resume la interacción de las distintas disciplinas para abordar los diversos tratamientos mentales.

¿Cómo se llega al diagnóstico diferencial?

Como en todos los aspectos de la medicina la clínica es soberana. Hay que tener en cuenta los antecedentes personales y heredo-familiares, estableciendo una línea de tiempo de la historia del sujeto, desde cómo fue el embarazo, el parto, la primera infancia, la escolaridad, cómo se fueron desarrollando sus vínculos sociales, eso va a orientando acerca del diagnóstico.

¿Qué posibilidades de tratamiento existen?

El tratamiento se debe adecuar a cada situación, pero básicamente tenemos las técnicas psicoterapeutas y las técnicas farmacológicas y neuroendócrinas.

Existe a veces una confusión conceptual entre depresión y un bajón anímico.

Hay que diferenciar lo que es un bajón anímico de una depresión. Si nos fue mal con algo estamos bajoneados y es normal. Pero cuando la situación excede las dos o tres semanas estamos ante una depresión sin lugar a dudas. Como dicen los norteamericanos: “El que no pierde la razón ante una circunstancia grave es porque no tiene nada que perder”. El “bajón” es transitorio.

¿Cuáles son los métodos de prevención?

La OMS está difundiendo una cartilla que dice “Hablemos de depresión”. Yo diría: hablemos.Menos es más. El diálogo, la palabra, el decir lo que nos pasa, lo que nos gusta y lo que no nos gusta anticipadamente, antes de que sea demasiado tarde.

¿Desde el Estado se llevan a cabo acciones relacionadas con el tema?

El Ministerio de Desarrollo Social está estableciendo algunas guías de cuidado, pero yo creo que son efectos aislados. Hay que predisponer que la gente tenga educación, trabajo y justicia.

El Dr. Jorge Bulacio es psiquiatra y psicoanalista – MN 60268


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